miércoles, 21 de octubre de 2015

Drenaje Linfático

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El drenaje linfático es una técnica que se realiza con las manos a través de movimientos muy suaves, lentos y repetitivos que favorecen la circulación de la linfa, mejorando así cuadros edematosos, inflamaciones y retenciones de líquidos orgánicos.  El sistema linfático colabora estrechamente con el sistema inmunológico, por lo que el drenaje linfático mejora de manera general el estado de salud y ejerce un papel muy beneficioso en el sistema nervioso, además de tratar específicamente distintas afecciones. Así el drenaje linfático es otra forma de reforzar el sistema inmunológico.

Existe un gran desconocimiento en cuanto al papel que ejerce en el organismo el sistema linfático y su relación con el sistema inmunológico, aunque se conoce su existencia desde la antigüedad. 

Vamos a profundizar en cómo funciona esta técnica, una terapia apasionante que muestra el extraordinario funcionamiento de nuestro organismo y de la que podremos beneficiarnos enormemente.

¿Qué es la linfa y cómo funciona el sistema linfático?

El sistema linfático es un sistema de conductos que discurre de manera paralela al sistema circulatorio, sólo que en lugar de transportar sangre, transporta linfa, un líquido blanquecino capaz de movilizar moléculas muy grandes, como las proteínas.

En nuestro cuerpo existe una movilización de líquidos cuyo equilibrio es sumamente importante para la correcta nutrición de las células. Cuando comemos, los nutrientes tienen que desplazarse por el organismo hasta llegar a las células. Para que la célula pueda “comer”, estos nutrientes se mueven dentro del líquido intercelular (o intersticial), que es el espacio donde se produce el intercambio de sustancias, es decir, lo que entra en la célula y lo que la célula expulsa.

El papel de la linfa es transportar el líquido sobrante, que contiene sustancias de deshecho, hasta el sistema circulatorio, hasta la sangre, para que el organismo pueda desprenderse de esos deshechos. Los edemas o retenciones se producen cuando el sistema linfático no es capaz de depurar esas zonas, es decir, cuando los líquidos y sustancias se estancan.

Sistema linfático y sistema inmunológico

El hecho de que el sistema linfático y el inmunológico estén tan estrechamente relacionados se debe a la existencia de los ganglios linfáticos. Los ganglios linfáticos son una especie de estaciones de depuración que aparecen a lo largo de todo el recorrido del sistema linfático y su misión es depurar los agentes patógenos, combatirlos y neutralizar los daños.

Cuando el sistema linfático está congestionado, los ganglios linfáticos no pueden realizar su labor correctamente y el hecho de que los ganglios se presenten inflamados es una señal de que algo anormal sucede en nuestro interior.




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